domingo, 30 de marzo de 2014

LA MUSICA CUBANA.


BEBO Y CHUCHO VALDES: JUNTOS PARA SIEMPRE.

LA MUSICA CUBANA.

Mis primeros encuentros con la música fueron cuando apenas caminaba, me ponían en un tiborcito a hacer mis necesidades con un juguete y no quería levantarme de allí porque estaba muy entretenido escuchando el programa de Panchito Riset y después de la Sonora Matancera y Arcaño y sus Maravillas y el entonces muy de moda, el tango. Después el otro encuentro importante fue cuando en Bejucal todavía, me llevaron a un kindergarten cercano, lo que más me impactó del lugar no fueron los juegos ni los niños, sino el piano, me extasiaba y quería que la maestra no dejara de tocarlo.
Años más tarde aumentó mi fascinación por el piano, pero toda la familia hablaba de que los pianistas eran maricones, no se si será por Lecuona, por Liberace o por otros, como si un instrumento musical tuviera algo que ver con la orientación sexual, pero eran los prejuicios de la época. La influencia de la moral victoriana en el mundo todavía era fuerte.

Pero lo importante era que las décadas del 40 y 50 en la música popular cubana son importantes referentes para las transformaciones que ocurrieron en las siguientes décadas y hasta el momento actual en la música en el mundo. Fue un momento de tránsito, en el que paulatinamente se produjo un proceso de cambios, de transculturaciones, interinfluencias entre las distintas manifestaciones de la música nacional y la que nos llegó de diversos países por los contactos culturales resultantes de grabaciones en discos, visitas de artistas foráneos, el cine y otras. Muchos artistas casi o totalmente desconocidos en sus países hicieron carrera en Cuba, ejemplos: Lucho Gatica, Alfredo Sadel.


JAZZBAND. ORQUESTA CUBANA DE MUSICA MODERNA.

Esta época se caracterizó por el auge del tango argentino, del bolero que nos llegaba de México y de estilos de bailes norteamericanos que aportaban nuevas sonoridades al conjunto jazzband que ya se conocía entre nosotros desde los años 30. Fue también momento de entrada de canciones españolas, no sólo con las películas, sino con los cantantes y los grupos orquestales que nos visitaban.
Recuerdo que en los años 60 trabajaba en una imprenta y en ella había un equipo de traductores. Entre ellos se encontraba un cubano que había vivido desde los años 20 en Estados Unidos. Si lo mirabas de espalda parecía un joven atleta de 20 años (si no te dabas cuenta de su pelo cano). Trabajaba en un cuarto piso donde no había ascensor, los otros traductores, franceses, alemanes y canadienses podían subir a duras penas la gran escalinata. Eddy Bernat, que así se llamaba, subía sin pausa y con pasos de escalones de dos en dos.

Hicimos buena amistad y me contó que sus padres la habían costeado la universidad en Chicago en los años 20 pero que fiel al dicho "le cuesta más que un hijo bobo en el norte", había dejado los estudios pues era un apasionado, aparte de haberlo estudiado, de la percusión, lo que más tarde me demostró. Tocó los drums o batería en las mejores orquestas de Estados Unidos por más de 35 años, incluyendo las famosas de Count Basie, (se vanagloriaba de ser el único blanco que por allí había pasado) con pianistas famosos como Oscar Peterson y Roger Williams y en sus últimos años con la famosísima Orquesta de Ray Conniff, que me contaba, tenía dos bateristas.


FRANK EMILIO Y BARRETO. LOS AMIGOS.

Llevó una vida que le permitió contar con el físico que tenía a sus 70 años: normalmente terminaba de trabajar bien entrada la noche o casi al amanecer, despertaba al mediodía, comía muchas frutas y carne y pescado, tomaba mucho vino y whisky y fumaba más que Frank Sinatra, pero nadaba diariamente varias horas y practicaba deportes como el golf (ahí me explicó que no es un deporte de flojos, sino que es algo que ejercita mucho el cuerpo y cansa muchísimo) y el tennis o el squash. Un tiempo después me invitaría a una sesión de descarga de Frank Emilio con Cachaito, Federico Britos y su amigo el notable baterista Barreto. Todo el mundo lo conocía y le pedían consejos. La historia a lo mejor no viene al caso, pero es muestra de la transculturación por partida doble entre la música cubana y la norteamericana.

Desde décadas atrás ya la habanera, el danzón, el son y la guaracha iban marcando un camino. Pero aparece el mambo como modalidad renovadora.
Dámaso Pérez Prado , el "Rey del Mambo", es mayormente conocido por sus aportes al género del mambo, que tiene sus orígenes en el danzón cubano y daría pauta al surgimiento y desarrollo del chachachá, así como también de la música surgida a finales de la década de los cincuenta y conocida luego, a finales de los años setenta y principio de los ochenta como salsa. No fue el creador del ritmo, que ya se tocaba en La Habana de finales de los años treinta, pero sí su mayor difusor a nivel internacional.
Compuso tantas piezas que no les da ni siquiera un nombre sino números. El Mambo Nº 5 y el Mambo Nº 8 son las más conocidas.
Y cuando le preguntaban que quería decir mambo contestaba: “La palabra mambo no quiere decir musicalmente nada, es una palabra cubana que se usaba cuando la gente quería decir cómo estaba la situación, si el mambo estaba duro era que la cosa iba mal."
No solo por eso será recodrdado Pérez Prado sino también por su forma de dirigir y expresarse hacia la orquesta con los sonidos: Uuuugh, one, two, tres, cuatro...

El proceso de cubanización culmina con la Banda Gigante de Benny Moré, en la que se observan arreglos que incluyen cambios de los planos instrumentales, debidos, a la influencia que recibió en México de la Orquesta de Pérez Prado. El repertorio de Benny Moré fue un muestrario de géneros de canto y baile representativo de todo lo que se divulgaba en la década del cincuenta: el mambo, el son, la guajira, el afro, la rumba, el montuno y el bolero.


BENY MORE Y SU BANDA GIGANTE

Beny Moré fue un caso único, con precedentes en cantantes anteriores, pero nadie ha llegado a superarlo ni a relevarlo. Aún hoy generaciones de jóvenes que no lo escucharon personalmente, lo consideran el músico más popular de aquel momento y fue en definitiva, quién cubanizó definitivamente la orquesta jazzband hasta castellanizar su nombre. Pero no olvidemos el papel en ello de "Castellanos que bueno baila usted", estelar trombonista y arreglista de la orquesta recién fallecido en Miami.
Las orquestas charangas, fueron también muy sensibles a las transformaciones ocurridas a través de estas décadas y en las que sobre todo en el piano y la flauta tuvieron papel principal, muestra son la excelencia del pianismo en Antonio María Romeu y Neno González; y de la flauta en Belisario López que fueron pioneros de lo que vendría después.
La Orquesta de Antonio Arcaño, integrada por los virtuosos: Arcaño en la flauta, Jesús López en el piano, Israel López (Concertista de la Orquesta Filarmónica Nacional) en el Contrabajo, su hermano Orestes en el cello, ambos arreglistas y compositores de muchísimos danzones, los violinistas Miguel Valdés y Elizardo Aroche y Ulpiano Estrada en el timbal o paila. Estos músicos de muy alta calidad integraron la nombrada Arcaño y sus Maravillas.

Hay mucha historia detrás del nombre de Oscar Valdés.
La llamada Dinastía Valdés, de la que también forman parte su padre Oscar (percusionista); sus tíos Marcelino (percusionista), Alfredo Valdés y Vicentico Valdés (cantantes) y los pianistas fuera de serie Bebo y Chucho.

ORQUESTA ARAGON

Orquesta Aragón.
En 1955 La Aragón, se instaló definitivamente en La Habana, contratada por la Cerveza Cristal, con objeto de grabar un programa diario en Radio Progreso. Si en un principio su repertorio estaba compuesto por danzones, boleros, guarachas y otros géneros de la música cubana, con el triunfo del chachachá, La Aragón se convirtió en la principal intérprete de este género, al que llevó a su más refinado nivel creativo e instrumental.
La Orquesta Aragón, no solo fue popular por interpretar el son y el cha cha cha, sino que también fue inspiradora del mambo. Se formó en Cienfuegos en el año 1939 y fue fundada por Orestes Aragón de profesión carpintero. Esta agrupación destacaba sus tres violines, la flauta y el cello; describiendo la música de cuerda que se tocaba originalmente en los bailes y fiestas de salones de la blanca burguesía en los años 40 y 50.

En algo más de 70 años La Orquesta Aragón ha interpretado miles de éxitos como El Bodeguero, El cerquillo, Cachita, Pare Cochero, Guajira con tumbao, Tres lindas cubanas, los que no pasan de moda. La Orquesta Aragón junto con Benny Moré son el fenómeno musical más importante en Cuba en el siglo XX a mi juicio y gusto.


ALGUNOS DISCOS DE LA ORQUESTA ARAGON.

Junto a un fuerte movimiento cancionístico, música elaborada para cubrir las necesidades de la radio en un ambiente que resultaba similar al de otras ciudades latinoamericanas, la visita de artistas latinoamericanos principalmente de Puerto Rico, de México, Colombia y Venezuela, la difusión por la radio de canciones de Agustín Lara y María Grever, Pedro Flores, Consuelo Velázquez, Rafael Hernández, Bobby Capó, se sumaba el auge de cantantes cubanos de similares condiciones, y de autores que seguían la misma línea cancionística: Osvaldo Farrés, Pedro Junco, Bobby Collazo, Adolfo Guzmán, que interpretaban Olga Guillot, Mario Fernández Porta, Fernando Albuerne, Blanca Rosa Gil, Orlando Vallejo, y Esther Borja, que fue intérprete de Lecuona y de los autores del Teatro Lírico Cubano.

Fue la época de los iniciadores, los pioneros del "feeling"; César Portillo de la Luz, Ñico Rojas, Luis Yáñez, José Antonio Méndez, el pianista era Frank Emilio Flynn que sentaría cátedra con sus descargas y su grupo Los Amigos del cual tenía un disco que, maravilla de la tecnología, no se rayó ni gastó a pesar de que lo ponía repetidamente hasta el cansancio.
El fílin (feeling=sentimiento en inglés), que había asimilado elementos de la canción norteamericana, en ese proceso de transculturación, no desechó los valores que le dieron identidad cubana, consolidó sus elementos y, aunque tenía evidente influencia del tipo de canción del inmenso Frank Sinatra, en todo su devenir se le ha considerado una nueva expresión de nuestra canción yo diría que de las mejores.


PABLO MILANES, UNA DE LAS MAS EXQUISITAS VOCES DE LA CANCION CUBANA.

Permaneció la costumbre de reunirse varios intérpretes que realizan variaciones sobre un tema. A esta acción desde hace mucho tiempo se le denomina descarga. Hay ejemplos muy valiosos como el grupo que organizó Israel López con instrumentistas que bien podían ser de una orquesta charanga o de una jazzband. La selección incluía el piano, el bajo, la paila o la batería, el güiro, trompetas, trombones, flautas, que a modo de solistas realizaban variaciones al estilo del jazz sesion. En ellas participaban músicos como Richard Egües, Chico O’Farril, Frank Emilio, Generoso Jiménez, Orlando López, Tata Güines, Guillermo Barreto y muchos otros maestros cuyo ejemplo y excelencia se mantiene hoy en sus discípulos. Elementos jazzísticos estilizaban al nuevo ritmo del danzón, al chachachá, al montuno, la guajira y otros géneros cubanos. En ellos se empleó el calificativo de todos estrellas, "all stars".

También era común en esos tiempos en las guaguas y en los bares, que aparecieran cantantes y músicos con guitarras y maracas para después pedir dinero a los pasajeros o parroquianos con las palabras: "coopere con el artista cubano". En 1940 Benny Moré llega a La Habana por segunda vez. Durante cuatro años vive como puede, tocando y cantando en bares y cafés del puerto de La Habana y en los Aires Libres del Paseo del Prado. Pasa el sombrero y dice “Coopere con el artista cubano”. En los restaurantes lo echaban a la calle para que no molestara a la clientela. De día ayudaba a vender, en el mercado, con el tío, hermano de su madre, con quien vivía aquí en La Habana y de noche recorría las calles. Dos veces se presentó en el programa "La Corte Suprema del Arte", espacio de la radio consagrado al descubrimiento de jóvenes talentos. En la primera ocasión lo descalificaron. Luego volvió y ganó el primer premio. Ser "artista cubano" no era cualquier cosa.


COOPERE CON EL ARTISTA CUBANO.

Benny Moré vino a probar fortuna a La Habana, cantando en bares y cantinas, ese sí fue un verdadero artista cubano.
Resumiendo, la música cubana en los años 50 estaba en la cumbre, sin que se dejase de disfrutar de la buena música internacional, tanto norteamericana, argentina, española, mexicana y venezolana y por que no, también italiana y francesa.

Eran exitosas las disqueras, la radio con una amplia y muy aceptada programación musical al igual que la televisión, numerosos cabarets y clubes donde había música en vivo y por encima de todo ello estaba la reina de la música entonces : la victrola. No había esquina donde no hubiera al menos una, todos los bares, cantinas, bodegas al lado de su barra, contaban con una victrola que tocaba incesantemente a Vicentico Valdés, Orlando Vallejo, Ñico Membiela, Orlando Contreras, Blanca Rosa Gil o el ciego Tejedor. Aquello no paraba. Por eso el dicho de cuando alguien habla mucho: "le echaron una peseta", aludiendo a la victrola cuando le echaban una moneda de 25 centavos y tocaba 5 piezas una a continuación de la otra.

Tuve una noviecita en una finca al fondo de la entonces Quinta Canaria, su amiga era novia del hijo del administrador de la Quinta y muy rápidamente hicimos amistad con el mismo, Lorenzo Ramírez Mayorquín, el cual entre otras virtudes había estudiado música y guitarra, ya tocaba muchas piezas clásicas y sobre todo era, siendo aún estudiante del instrumento, un virtuoso en guitarra española.
Aquello me impactó tanto que me compré una guitarra y los fines de semana tenía clases con él. Su maestro era Nene Enrizo, entonces, al igual que el padre de Noel Nicola, los dos principales profesores de toda la generación de buenos guitarristas que ha dado Cuba.

Ya me defendía tocando, pero sin saber música (no es justificación, porque el guitarrista más grande que ha dado la historia, el recién fallecido Paco de Lucía, tampoco la sabía y todo lo tocaba de oído, sin embargo ¡qué oído más prodigioso tenía!), más se interrumpió el aprendizaje por azares de la vida, a ambos nos llamó la aventura y yo fuí a la milicia y Lorenzo a las tropas coheteriles y se fue a vivir a Holguín, más nunca nos vimos y lo que había aprendido en la guitarra se fue quedando en el olvido, lo que dice que no lo aprendí bien, pues lo que bien se aprende no se olvida.


LEO BROUWER Y PACO DE LUCIA EN EL 2013.

Llega el triunfo de la Revolución y muy pronto se toman medidas para reforzar la cubanía en lo que respecta a la cultura. En mi criterio decisión errónea pues constituía un autoaislamiento solamente perjudicial para el cubano, que además no había que obligarlo a consumir lo que más le gustaba, la música cubana. Pero de los errores siempre sale algo positivo y este fue darle un auge a la música llamada clásica o de concierto. Este tipo de música históricamente había tenido su lugar y muy importante no solo con instrumentistas como Brindis de Salas, sino con compositores como de estilo barroco Esteban Salas y Castro (1725-1803), quién pasó la mayor parte de su vida enseñando y componiendo música para la iglesia.

Mientras muchas contradanzas fueron escritas para el baile otras fueron compuestas como piezas de salón ligeras para el piano. El primer compositor distinguido en ese estilo fue Manuel Saumell (1818-1870), quién es consecuentemente aclamado en ocasiones como el padre del desarrollo musical criollo cubano. Con su sucesor, Ignacio Cervantes (1847-1905), la danza (como era más típicamente llamada hacia finales del siglo XIX), consiguió aún mayor sofisticación en su lenguaje pianístico.

Amadeo Roldán (1900-1939) y Alejandro García Caturla (1906-1940) revolucionaron la música sinfónica de Cuba, y como tal son reconocidos y estudiados. Uno de los más grandes pianistas-compositores cubanos del siglo XX fue Ernesto Lecuona (1895-1963)el que compuso más de 600 piezas, principalmente en el estilo cubano y fue un pianista de excepcional calidad, destacándose como compositor de canciones y música para cine y teatro y numerosas zarzuelas basadas en ritmos afrocubanos y cubanos, varias Suites y múltiples canciones que se convirtieron en estándares de la música latina, como son Siboney, Malagueña y Andalucía. En 1942, su gran hit "Siempre en mi corazón" fue nominado para el Óscar a la mejor canción y perdió la competencia con la famosa White Christmas.

Aunque en Cuba muchos compositores han cultivado tanto los estilos clásicos como los populares de la música, la distinción se hizo más clara después de 1960, cuando (al menos inicialmente) se retiró el apoyo a la música popular mientras que apoyaba financieramente la música clásica, en lugar de los géneros criollos. Desde entonces, la mayoría de los músicos han mantenido sus carreras a un lado o el otro de esa línea invisible.
Pero eso propició que una nueva cosecha de músicos clásicos saliera a la escena. Entre los más destacados de estos es sin duda el guitarrista Leo Brouwer, quién llevó a cabo importantes innovaciones en la guitarra clásica y actualmente es el director de la Orquesta Sinfónica de la Habana. También surgió la cimera personalidad de la pianística cubana, Frank Fernández, que ha sido reconocido por el público y la crítica de muchos países como un valor destacado de la música mundial. Su brillante trayectoria artística desde hace más de medio siglo como intérprete de casi todos los géneros de la música, la trascendencia de su maestría pedagógica, sus composiciones, orquestaciones, investigaciones, producciones discográficas y su trabajo de promotor cultural, lo confirman.


FRANK FERNANDEZ.

Su conocimiento de la famosa escuela rusa de piano, recibidos durante los 5 años de estudios superiores con el gran pianista y Profesor Emérito Víctor Merzhánov, en el Conservatorio Tchaikovski de Moscú, culminados con “Summa cum laude” se suma el dominio del enorme caudal de la tradición en Cuba durante los siglos XIX y XX a través de sus investigaciones y grabaciones de la obra de Manuel Saumell, Ignacio Cervantes y Ernesto Lecuona. Es de los pocos intérpretes de prestigio internacional que ha sido invitado en seis ocasiones a tocar en la Gran Sala del Conservatorio Tchaikovski de Moscú, considerada una de las seis más famosas acústicas del mundo, actuando como solista con las principales orquestas de ese país.

Y no está de más una anécdota con la llamada música culta, en un viaje de trabajo a Bayamo, me encontré unos carteles anunciando un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional y no es mentira, decía así: "A bailar y a gozar con la sinfónica nacional". Me lo contaron los compañeros de la Radio Provincial y no lo creí hasta que lo ví con mis propios ojos.

Y como siempre ocurre, lo prohibido es lo deseado.
Muchos músicos de renombre abandonaban el país por manadas y muchos crecieron sin saber quien era Olga Guillot, Celia Cruz, Alvarez Guedes, Bebo Valdés y un puñado de artistas que hacían a Cuba reir, gozar y llorar.

Radio Kramer.
Desde antes de 1959 existió Radio Kramer, propiedad de Bebo Kramer, una pequeña emisora ubicada en la avenida 26, de Nuevo Vedado, (cerca del Parque Zoológico), que trasmitía toda su programación con melodías norteamericanas, por supuesto en inglés y aún recuerdo los espacios del "Hit Parade" y "Cita con Paul Anka y Neil Sedaka".
Radio Kramer era mi estación preferida y tenia un programa vespertino que se llamaba "Confecciónelo Ud." a la que mandaba mi lista de canciones preferidas. Bebo Kramer nos hizo pasar ratos inolvidables con su Hit Parade. Su tema musical era Polvo de Estrellas o Stardust. Los jóvenes estábamos sintonizados permanentemente con Radio Kramer puesto pues esa época fue muy creativa tanto en Estados Unidos como en Cuba. El Cha cha cha se bailaba a la par con el Rock and Roll (yo no bailaba ni bailo, soy zurdo para el baile, lo que en Cuba se llama un patón, que viene de pata y no de pato, pero sí disfruto muchísimo la música).

Existían los tocadiscos portátiles que se llevaban para todas partes con los discos.
Bebo Kramer ponía lo mejor de lo mejor. Neal Sedaka, Elvis Presley, The Platters, Paul Anka, Connie Francis , Johnny Mathis, Nat King Cole, Frank Sinatra, Pat Boone, Doris Day, Dean Martin, Fats Domino, The Everly Brothers, Bill Halley, etc. También fue idea de Bebo Kramer, fabricar placas de 33 revoluciones con los últimos éxitos y venderlos en su emisora, de ahí se nutría la juventud para sus fiestas. En esos años, no había donde comprar discos en Cuba. Era muy popular un disco de los últimos que entró entonces.
Me refiero al Big 15's de Paul Anka. Este disco no faltaba en ninguna fiesta, al extremo que llegaron a llamarle el Himno Nacional II, pues donde quiera estaba. Después de esta época, se pusieron de moda dos discos cubanos, uno del Cuarteto de Meme Solís y otro de Los Zafiros. Estos discos, junto al de Paul Anka, pasaron a la historia de la música cubana, debido no solo a que no había discos en las fiestas sino también a la calidad de los mismos.

Después de abandonar Cuba, Bebo Kramer puso una estación en Kissimee y la tuvo por varios años, no creo que exista ya.
Pero ya que he hablado de la "prohibición" de tocar música norteamericana y de la estación de Bebo Kramer en la Florida voy a hablar de un fenómeno de esos tiempos.


EL SEGUNDO HIMNO: LOS 15 DE PAUL ANKA.

Creo que mis hijos, que salieron rockeros y amantes de la música norteamericana, fueron objeto de mi influencia en ese sentido. En el año 1988 que se produjo una especie de intercambio al estilo de los colonizadores españoles (cambio de pacotilla por oro y plata), mi esposa y yo cambiamos todo el oro y plata que teníamos, menos los anillos de boda para poder adquirir un televisor en colores, toda una novedad. Pues ese televisor durante un buen tiempo, se usaba casi exclusivamente para ver los canales americanos que en la época por condiciones atmósfericas, se veían con gran calidad en un lugar tan lejano de la costa norte como era en donde vivíamos, muy cercano al aeropuerto. Y de ellos había canales que solo transmitían música, estos eran los preferidos, muchas noches no dormíamos ni los muchachos ni yo, pero al día siguiente íbamos puntualmente al trabajo o a la escuela.

En 1963 se da a conocer y se promociona excesivamente, por el percusionista Pedro Izquierdo (Pello el Afrokán), un ritmo que buscaba las raíces de la música en África, y se decide llamarlo Mozambique. Dicen los estudiosos que no decayó rápidamente el Mozambique, y que tampoco Pello compuso solo dos Mozambique. En realidad el Mozambique no decayó tan rápido como vimos que sí pasó con otros ritmos contemporáneos como el Pacá de Juanito Márquez, el Pilón y el Upa-Upa de Pacho Alonso, el Guachipupa de Tony Taño, el Dengue de Dámaso Pérez Prado que en Cuba dio a conocer Roberto Faz y su Orquesta, etc., pero en realidad todos eran músicas poco elaboradas y la que ni la exageración de ser tocada por más de 100 tambores ni el ser apoyada políticamente, por su sonido y melodía repetitiva, primitiva y que quizás fuera muy enraizada con Africa pero con la música cubana no tenía mucho que ver, hizo que la juventud empezó a renegar de la música cubana y que todo lo que sonara a Mozambique le diera une especie de urticaria.

Entonces surge un fenómeno muy particular. Desde finales de los años 60 comienzan a escucharse en el dial de la radio cubana, principalmente en las provincias Habana y Matanzas, tres emisoras de los Estados Unidos: WQAM y WGBS, de la Florida, y KAAY, de Little Rock, Arkansas, que siguiendo la moda de entonces, había incrementado notablemente su potencia radiada. Mientras que las dos primeras se recibían claramente desde el amanecer hasta la puesta del sol, la segunda levantaba boga al caer la noche, presidida por el archifamoso programa Baker Street (Underground Music Service), que hacía las delicias de los trasnochados melómanos del oeste de la Isla (en el centro del país también se escuchaban perfectamente emisoras norteamericanas, y en el oriente se captaban las de Jamaica, así como las de la Base Naval de Guantánamo).


KAAY LITTLE ROCK, LA EMISORA MAS ESCUCHADA.

Ambas emisoras trasmitían en inglés la música pop-rock del momento, mientras que, plenamente conscientes de que su señal era captada en Cuba, no intentaron nunca, al no ser su propósito, politizar su mensaje. Recuerdo la inmensa potencia con que transmitían entonces en amplitud modulada, cien mil watts.
La señal de las dos primeras emisoras se originaba en los cayos del sur de la Florida, fuera de la demarcación de los condados donde mayor preponderancia tienen los grupos de poder cubanoamericano, mientras que la KAAY (queieieiuai, como se le conocía) trasmitía desde Little Rock, Arkansas, totalmente al margen del conflicto entre Cuba y sus exiliados.

En contraste con la ausencia de esa música en los medios estatales de comunicación, los jóvenes se actualizaban de esa manera y, al escuchar aquellas emisoras, también prestaban atención a la publicidad comercial, rozando el mundo de la sociedad de consumo. Frente a las carencias y el racionamiento de la libreta de abastecimientos, sabían que se vendían marcas de Café (Maxwell House), autos (Your car is Toyota), mercados (Publish where shopping is a pleasure), que se estrenaban películas como Papillón y el Exorcista, y que existían programas televisivos como Midnight Special o shows como Saturday Night Under the Lights.

En Cuba, la impronta de la música pop-rock marcó profundamente el gusto y hasta la orientación ideológica de esta generación de los sesenta o "dobliu" (la W), inicial de dos de las estaciones de radio norteamericanas que se oían en la Isla. Resultaba frecuente que por las mañanas, durante la formación en el patio de los preuniversitarios, los jóvenes comentaran apasionadamente los temas que habían escuchado la noche anterior desde Little Rock o por las emisoras W.

Muchos incluso se agolpaban en torno a un radio portátil ruso o japonés para escuchar atentamente una melodía de The Who o de The Eagles; mientras que también se reunían en casa de cualquier amigo que tuviese un tocadiscos High-Fidelity norteamericano en el cual poder devorar los discos de pop-rock que alguien clandestinamente había traído de una "misión" en el extranjero. Yo tenía un radio cubano de la marca Varadero, de pobre fidelidad y potencia, pero me hice de un radio todo desvencijado, RCA Victor, sin la carcaza, pero de una potencia y fidelidad tremendas, conseguí unas buenas bocinas de entonces, pues las del radio se las habían comido las cucarachas, y a darme banquete con las emisoras.

En 1979, durante el primer encuentro musical Cuba-USA, la revista People informó que Billy Joel, de visita en Cuba y descansando en la playa de Santa María del Mar, frente al Hotel Marazul, departió con un grupo de jóvenes y se asombró de que estuvieran al tanto de su música. Cuando les preguntó cómo podían mantenerse actualizados si no se vendían discos y no había presentaciones en vivo de artistas, le trajeron un radio con la WGBS sintonizada. Frente al mar la recepción debía ser envidiable y en ese momento estaban poniendo Freak Out, del grupo Chic. Piano Man se quedó atónito.

Entonces todos los jóvenes queríamos ser como los Beatles y vestir y vivir como ellos. Y quién en aquellos momentos iba a adivinar que John Lennon tendría una estatua en Cuba primero que Benny Moré.
Tuvieron que cambiar los tiempos y que existiera un ministro rockero como dicen algunos músicos conocidos míos, o por lo menos amante del rock como Abel Prieto para que en el parque donde los jóvenes se reunían con el único objetivo de oír un poco de la música de los Beatles, se homenajeara a John Lennon.


ESTATUA DE JOHN LENNON EN LA HABANA.

Me hierve la sangre cuando pregonan que los Beatles nunca estuvieron prohibidos en Cuba. Recuerdo uno de los tantos documentales del que se dice excelso documentalista Santiago Alvarez, para mí fue un artífice de la goma y la tijera, nunca vi nada creativo en sus documentales que eran completamente panfletistas y aburridos, pero al caso, uno de sus documentales o noticieros cinematográficos ponía a un grupo de chimpancés tocando guitarra, batería y bajo y la música de fondo era de los Beatles. Esos monos seguro que eran más inteligentes que el llamado cineasta, al cual en el fondo quizás también le gustaban los Beatles.

Surgieron entonces las primeras bandas de rock que dieran inicio a un movimiento de rockeros cubanos.
Los preferidos de la juventud, no tenían cabida en el mundo socialista. Grupos de Rock con Los Kents, Los Hanks, Almas Vertiginosas, Los Gnomos, Los Magnéticos, Los Pacíficos, Dimensión
Vertical, Los Dada, Los Bucaneros y tantos otros, no se oían en la radio, ni se veían en la TV.
Los grupos rockeros de Cuba eran ignorados por los medios estatales y esa fue una de las razones también de que no se aceptara la música cubana, ya que de hacerlo, iba contra los grupos que le gustaba a la juventud. A todos le gusta lo prohibido y más cuando te imponen la prohibición. No se conserva ningún material fílmico de rockeros cubanos por supuesto.
En el 2010 fui con mi esposa e hijo a un centro nocturno en Cuba llamado Centro Cultural El Sauce, allá donde se cruzan los caminos, en la Ave. 9na e/ 120 y 130, Playa, y sorpresa, allí estaban, calvitos, arrugados o gorditos, los Kent, más de 40 años después con las mismas melodías y el mismo éxito de cuando éramos muchachos.

En el año 1966, surge en Cuba un programa radial llamado Nocturno, el cual todavía existe y donde por primera vez se escuchan talentos del área capitalista. Se oye públicamente pero de forma tímida y limitada a Los Beatles, Los Guess Who, Juan y Junior, Los Brincos, Barrabas, The Mama's and The Papa's , los Aguas Claras y tantos otros que sería imposible mencionar.
Fue peor el remedio que la enfermedad: la juventud quería más, y en busca de eso se enfrentan a unos burócratas que valoraban como de mala influencia ideológica este tipo de música y trataba por todos los medios de mantenerla en el ostracismo.

En 1967, se organizó la Orquesta Cubana de Música Moderna, que se utilizó para contrarrrestar la fama bien ganada de que sólo se podía oír música autóctona y no extranjerizante. En sus filas se formaron los músicos que liderados por Chucho Valdés fundaron Irakere en 1973, grupo que marcaría una nueva etapa en la historia del jazz cubano y latino gracias al virtuosismo de sus solistas, y al poderoso swing que mantenían en cualquier ritmo. Paquito D'Rivera, Arturo Sandoval, Carlos Averhoff, Enrique Plá, Emilio Morales, Carlos del Puerto, todos superestrellas, logran infiltrarse en el más prestigioso festival de jazz en ese momento, el de Newport y ahí hicieron historia. Algunos como Chucho, Paquito y Sandoval son figuras de peso mundiales con numerosos premios Grammy a su favor y en Cuba se pretende ignorar a los dos últimos por sus ideas políticas.


GRUPO IRAKERE ORIGINAL CON MAYNARD FERGUSON Y DIZZIE GILLESPIE.

Cuba tuvo un período de represión cultural, el llamado Quinquenio Gris (1971—1976) muchos artistas y sobre todo escritores (manejan el considerado peligroso instrumento del pensamiento, que es el lenguaje) fueron puestos a un lado por no trabajar dentro de los “parámetros” que la burocracia cultural del momento consideraba pertinentes. Ese fue también el tiempo de un intenso auge de la homofobia.

El Instituto Cubano de Radio y Televisión, no difundía las canciones de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, y Haydee Santamaría le pidió a Alfredo Guevara, el director del Instituto del Cine, que le creara un lugar de trabajo a “estos muchachos”. Así apareció el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, que dirigió el gran músico Leo Brouwer, y que empezó a difundir por el mundo la música y la poesía de Pablo y Silvio.

A su vez surge un movimiento llamado de la Nueva Trova Cubana y destacan el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC y los cantautores Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, como grandes exponentes de este tipo de música protesta que fue muy popular en Cuba. De los dos no voy a hablar por ser mundialmente conocidos, sólo referirme a que el primero estuvo vetado en la Radio y la Televisión por tildársele de rebelde y el segundo fue a parar a las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), de triste recordación. Pero la historia y su calidad, los llevaron nuevamente a su lugar, la cima, no solo en Cuba, sino internacionalmente.

Igual ocurrió con otro grande de la música cubana, Felipe Dulzaides, que por azares del destino fue a parar al Presidio de la Isla de Pinos, donde mi padre lo conoció. Después de su liberación volvió a conformar su grupo y nos legó su exquisita música. Este virtuoso, igual que muchos otros tocaba de oído y sin embargo está reconocido como uno de los grandes del piano en Cuba. Igualmente los discos de él que poseía, en particular Concierto de Otoño, no se quemaron de tanto ponerlos porque estaban bien fabricados.


PABLO MILANES Y SILVIO RODRIGUEZ.

Festival de Varadero.
Varadero había sido escogida para realizar un festival musical que nos conectara un poco con el mundo y se sintieran aires diferentes al mozambique y sus estertores. Este festival comenzó, sin muchas glorias en 1967, pero después se dio la ocasión idónea para llevarlo a planos internacionales.

Aunque duró más meses que ninguna y llevó a los campos de caña a todo el mundo, la Zafra de los Diez Millones de Toneladas de Azúcar, solamente alcanzó los ocho y lo que iba iba no fué. Por lo tanto había que hacer que la gente se olvidara de la derrota azucarera, de la propaganda televisiva del "escéptico", animado que decía que los 10 millones no iban, primero se celebraron unos carnavales gigantes y después se proyectó el Festival Internacional de la Canción Popular, celebrado en noviembre de 1970 en la Playa Azul.

Varadero 70 fue un aquelarre de música, artistaje y cierto grado de tolerancia que, apoyado por cierto sector del gobierno y promocionado y transmitido sin límite de tiempo por la radio y la televisión, sacudió durante quince días la decepción postzafra en que se vivía en todo el país.

Al finalizar en las altas esferas se hizo una valoración del Festival, donde se decía que habían primado la frivolidad, las fiestas de relajo, las desviaciones ideológicas, el atentado a nuestra cultura y a nuestra identidad, se permitieron rockeros descontrolados y otros males. La experiencia que sacaron les llevó a cerrar de nuevo la ventana abierta temporalmente, concluyeron que fue un error político mayúsculo haber permitido esa sucursal criolla de Woodstock o Sodoma y Gomorra que consideraron había sido Varadero 70.

Tuvieron que pasar once años para que permitieran y auspiciaran la celebración de otro festival internacional en Varadero.
Todavía recuerdo a algunos artistas que participaron en él, como fueron Karel Gott (Checoslovaquia) (de discos de este artista estaban llenas las discotecas y nadie los compraba); de España: Los Ángeles, Los Bravos, Luis Gardey, Los Mustang; de Italia: Sergio Endrigo; de los demás, que eran bastantes no vale la pena ni acordarse, pero en ese momento eran todo un éxito porque eran aire fresco ante el ruido repetitivo de tantos años escuchando los tambores del mozambique.


LO QUE DIO ORIGEN AL FESTIVAL, DEL FESTIVAL NI IMAGENES QUEDAN.

Cuba estuvo representada por: orquestas: Aragón, Pacho Alonso, Los Van Van; los cuartetos Los Brito y Los Zafiros; los dúos Clara y Mario y Mirta y Raúl; Grupos Los Barba, los 5U4 con Osvaldo Rodríguez, Los Dada y los Magnéticos; solistas: Elena Burke, Farah María, Rosita Fornés, Beatriz Márquez, Alfredo Martínez, Pablo Milanés, Alfredo Rodríguez, Silvio Rodríguez, César Sarracent, Moraima Secada. Por supuesto no están todos sino los que creo mas importantes.

El Festival tenía sus características, no era competitivo ni se otorgaban premios, la entrada a los conciertos era gratis y los representantes cubanos fueron elegidos por el pueblo. Creo que no hubo otro Festival tan exitoso

A fines de los años setenta la televisión cubana se enrola en el que se ha erigido como uno de los proyectos más logrado en cuanto al tratamiento de la música cubana, no solo la popular bailable, sino todos los géneros y ritmos de ella, pero además abrió el abanico hacia otras expresiones musicales del mundo: Para bailar.


PARA BAILAR, UN PROGRAMA QUE SIEMPRE SERA RECORDADO.

Paralelo al surgimiento de Para Bailar la televisión comienza a rendir honores al compositor Adolfo Guzmán, fallecido años antes, al organizar un gran concurso que tendría carácter anual, donde premiarían la composición, la interpretación y la capacidad para arreglar u orquestar cada uno de los géneros de la música cubana. De ahí se conocieron grandes compositores e interpretes. También otro programa, Todo el Mundo Canta aportó lo suyo al abanico musical, de ahí surgieron grandes cantantes como Elizabeth de Gracia y Sergio Farías, para muchos no los más populares o comerciales, cuestión que no tiene por que estar asociado a la calidad, éstos creo que fueron los únicos cantantes que después se graduaron de esa especialidad en el Instituto Superior de Arte y sin duda son inmejorables. Una muestra más de que popularidad no es sinónimo de excelencia. Muchas veces, desgraciadamente, es todo lo contrario.

La vida ha demostrado esta aseveración llevando a planos superiores a "artistas" sin voz ni melodía como Shakira, a la que apenas se le entiende lo que dice ni se sabe si canta o emite sonidos guturales y se ha hecho multimillonaria gracias al imperio de lo comercial en el arte. Bueno y ejemplos como ese hay unos cuantos.

Es como lei no recuerdo donde a alguien que decía algo así: "Mientras un científico o un gran médico gane cien veces menos que un tipo que lo único que sabe es darle patadas a una pelota, el mundo continuará perdido."


ELENA, SIMPLEMENTE ASI, IRREPETIBLE.

Toda referencia y análisis que se ha hecho sobre los años setenta dentro del panorama de la música cubana se remite a repetir el mismo cliché del papel de Chucho Valdés e Irakere; el trabajo de Juan Formell como el gran renovador y continuador de una tradición dentro del formato de la charanga y por último la llegada de Adalberto Álvarez como renovador del son cubano, gracias entre otras cosas a las voces de dos de sus integrantes, Rojitas y Félix Baloy.

Empieza en esa época la visita de músicos latinos cultores de la Salsa a Cuba; ciclo que tuvo su máxima expresión cuando en el teatro Karl Marx se presentaron las Fania all Stars que regresarían en 1981, como parte de un encuentro fraternal entre músicos de Estados Unidos, naturales y residentes; y músicos cubanos que cubrió parte importante de los géneros musicales más importantes en esos años. Si no hubiera existido el autoaislamiento a que fue sometida la música cubana, la paternidad de la salsa hoy no sería dada a Puerto Rico o a los latinos de New York, sería netamente cubana porque al final no es más que música cubana, de la buena, con nuevas sonoridades.

El León

Para entender el impacto que causarían la personalidad de Oscar de León y su música en Cuba, en su gente y en sus músicos; hay que partir de un hecho fundamental y fundacional que definió al movimiento Salsa en sus orígenes y del que no se ha librado aún: la llamada época o visión “Matancerizante”; o lo que es lo mismo la influencia arrolladora de la música compuesta e interpretada por la orquesta cubana Sonora Matancera y que para los cubanos nacidos después de 1959 era totalmente desconocida, tal y como lo eran Celia Cruz y muchos músicos que habían emigrado posterior a esa fecha y que para nada estaban presente en los medios de difusión, ni mencionarlos se podía. Para ellos, el Benny era el comienzo y el fin de toda la gran música cubana anterior.

En 1983 ocurrió uno de los más impactantes fenómenos musicales desde el triunfo de la Revolución, Oscar de León es aclamado apoteósicamente en Cuba, haciendo realidad su sueño de juventud, se presentó en el Anfiteatro de Varadero y su actuación allí fue solo el preámbulo de lo que sucedería cuando lo hizo en La Habana, en los escenarios de la Ciudad Deportiva, el teatro Karl Marx y el rodeo del Parque Lenin. Todavía es recordado y han sido muy imitados sus coros de voz de viejita por otras orquestas, al estilo de la Sonora Matancera.

Si bien la gira representó una gran satisfacción personal para el sonero (especialmente la presentación en el anfiteatro de Varadero), por otra parte le generó críticas del mundo musical caribeño que interpretaron la gira como un apoyo al régimen cubano, sin importar que el mismo cantante hubiese manifestado que su amor era por Cuba y por su música, a la que sentía que le debía toda su influencia. Incluso su amistad con Celia Cruz se vio afectada durante un tiempo, cosas de la política que no ha hecho otra cosa que desunir al pueblo y a la familia cubanas, a sus seguidores y a sus críticos.
En cualquier caso, su visita a la isla contribuyó al renacer de la auténtica música cubana en Cuba y pasado un tiempo las críticas se disiparon y el León continuó su carrera en ascenso, añadiendo éxitos que lo colocaron de nuevo en los primeros lugares de las listas de ventas y la preferencia.


OSCAR DE LEON, REVIVIO A LA BUENA MUSICA CUBANA.

Un compañero de la universidad y amigo, el negro Medina, inconfundible por su alta estatura, sus espejuelos y su barba, no resistió y se fue con una amiga al anfiteatro de Varadero a bailar con Oscar de León. Salió en primera fila en las transmisiones de la televisión y eso le costó el matrimonio. Por culpa de Oscar de León.

Ya para entonces yo cultivaba todo tipo de música desde la cubana, la latinoamericana, la americana o la clásica, pero sobre todo y por encima de todo el jazz, que considero la más elaborada. No creo que Oscar Peterson ni Count Basie tengan nada de maricones y eran tremendísimos pianistas. Hoy en día tiene gran difusión la llamada música Lounge, de la cual forma una parte importante las versiones del bossa nova brasileño, creo que es la música que mas disfruto hoy en día. El lounge es una variación, principalmente del jazz,que se caracteriza por presentar ritmos sensuales y desprovistos de una instrumentación recargada y está basada en los sonidos del Swing y el Big Band de la década de 1950, para convertirse en un híbrido sonoro muy placentero y de fácil escucha (easy listening como también se conoce). El lounge es sobre todo un “modo de interpretación”, por el que pueden pasar géneros tan diversos como jazz, bossa nova, mambo, chachachá, música étnica o electrónica. Se debe considerar como padre de este género musical al mùsico mexicano Juan García Esquivel.

El término lounge se traduciría al idioma español como vestíbulo o salón de descanso; el lugar de un hotel donde uno puede sentarse a beber algo, conversar y escuchar música suave. Por extensión, la palabra pasó a designar a toda una cultura dedicada al placer, la comodidad y la elegancia. ¿A quién no le gustan esos tres elementos?.

Antes de terminar debo hablar de un tema simpático sobre la música mexicana y la argentina o más bien el tango, porque la música argentina es rica en diferentes modalidades. Creo que no existen lugares en toda Cuba, pero sobre todo en las regiones oriental y la más occidental de Cuba, donde no existan, en sus emisoras municipales y regionales o provinciales, programas de música mexicana y argentina, que tienen unos altos rating de escucha. Igualmente y sobre todo en las provincias más orientales, tampoco es raro que existan restaurantes-bares o centros nocturnos que no cuenten con un grupo mariachi, vestido al igual que si estuvieran en Jalisco. Recuerdo uno cuyo nombre se me ha olvidado, pero impresionante por su tamaño y entrada donde había una estatua de Pancho Villa (la gente no sabe bien la verdadera historia de Pancho Villa y lo asocia con un charro y un tomador de tequila cuando en realidad odiaba las bebidas alcohólicas y su preferido era el helado y la palanqueta, una especie de mani garapiñado nuestro) y un mariachi de lujo, lugar donde pasé un buen rato. Eso era en uno de los municipios más apartados de Cuba Segundo Frente, en las montañas a la salida de Santiago de Cuba hacia Guantánamo, pero en intrincadas montañas. Ah sin olvidar que hubo en Cuba un cantante de rancheras nombrado el Charro Negro.

LOS CHARROS NEGROS.

Pero no crean que Charro Negro en Cuba hay uno solo, son dos. Franklyn Delano Smith se presenta como el único cantante negro de rancheras y dice que se siente mexicano por fuerza y corazón, aunque lleva al cinto una pistola con el detalle de la santería cubana. “Me siento ranchero, me siento mexicano y doy mi vida por la música ranchera”, repite Smith, protagonista del documental El Charro Negro (2012), de los realizadores Diego Enríquez (México), Margarita González (Colombia) y Carmen Romero (Cuba).

“Dicen que nunca han visto un mexicano negro, pues ya lo estás viendo…”, afirma el cantante, que es oriundo de Palmarito de Cauto, en el oriente cubano. En su familia no ha habido tradición de música ranchera, pero él se convirtió desde joven en admirador de todo lo mexicano escuchando “El jinete”en la voz de Jorge Negrete. Empezó cantando en la peña de Lolita López, en el céntrico cine Payret de La Habana. Cuenta que estuvo ya en México y cantó junto al gran Vicente Fernández, quien le obsequió el lujoso sombrero de mariachi que ahora lo acompaña.

“Es un personaje sencillamente fascinante”, dijo el actor y cantante de música campesina Ramóncitín Veloz, quien descubrió a Smith viendo el documental para una presentación en el Canal 41 de Miami.
Veloz, que proviene de una emblemática familia de cultores de la música campesina, nieto de Ramón y Coralia, recordó que tradicionalmente ha existido un gran arraigo de rancheras y corridos mexicanos en el campo cubano, especialmente en las zonas de Pinar del Río y las provincias centrales y orientales del país.

Programas en la radio cubana como “De México, sus canciones”, en la emisora provincial Radio Sancti Spíritus, y tantos otros en las más de cien emisoras cubanas, mantienen una programación diaria con los géneros tradicionales mexicanos. Y creo y soy conocedor del medio, que hay un revuelta en el pueblo donde su emisora saque del aire un programa de música mexicana. Hasta concursos de interpretación de música mexicana se realizan en Cuba todos los años.

Pero Smith no parece ser el único charro negro del país. En la provincia Granma vive otro cantante de los géneros folclóricos mexicanos, Luis Rey Palmero, conocido por el mismo alias artístico.
Al menos en su natal Guantánamo, donde el amor por la música mexicana perdura, él sigue siendo una leyenda que se mantiene vigente entre los amantes de ese género musical aunque viva hoy en la ciudad de Bayamo. Se fue para La Habana en 1959 y comenzó a a cantar en bares y cantinas como se hacia antes y se encontró en uno de esos lugares con una persona que lo escuchó y entonces lo pone en contacto con la disquera Corona y lo invitan a Radio Progreso

Es ahí donde le hacen una grabación, y le dice sin pensarlo dos veces: “tú te vas a nombrar El Charro Negro”, a Luis le gustó y desde ese mismo momento comenzó a usarlo. Después salimos a caminar por la ciudad y en ese tiempo en casi todos los establecimiento habían victrolas y en todos se escuchaba la canción, era como una cadena, como una cosa de película.

Llegó a su casa y tenía varios telegramas que le pedían que fuera para La Habana para hacer otras grabaciones las que hizo con Disco Corona, Maype y la Egrem. Trabajó en casi todos los cabarets nocturnos de la época en La Habana: el Vía Blanca, El Palermo, El Nacional, y hasta cantó con María de Lourdes en su visita a Cuba.
Visitó México en 1961 y 1976. Cantó en Guadalajara junto al Mariachi Cuba o sea que fue a bailar a la casa del trompo.
Nada, que en Cuba en lugar de uno, tenemos dos charros negros y en México no hay ninguno. Bueno si, hay un charro negro: un coctel hecho con tequila blanco, refresco de cola, sal y limón. Ese Charro Negro no canta, pero te hace cantar.

Con el tango pasa lo mismo, no muere esa música ni entre los viejos que lo vivimos ni entre una buena parte de los medios tiempos y hasta jóvenes y son muy recordadas las visitas a Cuba de Hugo del Carril, el Médico del Tango Alberto Castillo, Azucena Maizani, Tita Merello, Libertad Lamarque, Rosita Quiroga, Susana Rinaldi, Enrique Santos Discépolo, Astor Piazzolla, Osvaldo Pugliese, Horacio Ferrer y tantos otros, para llegar a la certeza que fuera de los ritmos cubanos, ningún otro género extranjero tenía más aceptación y simpatía que el tango.


CASA DEL TANGO. EL TANGO SIGUE VIVO EN LA HABANA.

Un caso insólito es el de Emilio Ramil que por su extraordinario parecido físico con el Zorzal, el color y la tesitura de su voz, era llamado El Gardel Cubano. Actuó en emisoras de Buenos aires y de Montevideo y ocupó además la presidencia del Tango Club de La Habana, en 1953, club que todavía existe. También destacaron el cabaret La Pampa, el Rincón del Tango en el Hotel Bruzón, el Museo del tango de Edmundo Daubar y la Casona del Tango. Había en 1989 un total de 114 peñas familiares de Tango en todo el país. Conocí a un hombre bastante joven, Alberto, Ingeniero Eléctrico con el que tenía relaciones de trabajo y era fanático al tango, concurría mucho al Rincón del Tango y me contaba que era notable la cantidad de gente joven que le gustaba ese género.

Contrariamente a una generalizada creencia, el tango no llega a Cuba de la mano de Carlos Gardel, sino con artistas de las zarzuelas españolas tales como José Moriche, Juan Pulido y otros exponentes del género. Y las primeras grabaciones realizadas por el Zorzal Criollo en Buenos Aires, París, Barcelona y Nueva York, lucían en numerosas viviendas habaneras.

Era Gardel poseedor de una notable calidad vocal, aunque como actor no se puede sostener que descolló, pero no le impidió tender un mágico puente entre los pueblos cubano y rioplatense. En la televisión pasaban durante años y años todas las películas de Gardel y el público las seguía viendo con gusto. Yo no se cuantas veces habré visto Rubias de New York, Tango Bar o Cuesta Abajo, no se me olvida una escena de una de sus películas donde dice con fuerte acento porteño: "Ese viejo tango malevo que es como una canción de cuna que se mete en el oído y no se va del recuerdo..."

En los suburbios habaneros, en Santiago, en Santa Clara, Camaguey u Holguín donde habían surgido numerosas peñas-bulín enclavadas en los propios hogares, durante los fines de semana se entonaban tangos del Morocho del Abasto, con el marco alucinante de una escenografía casera y casi religiosa de fotos en las paredes, discos y afiches.

Dentro de los sueños que bullían en el alma de Gardel, estaba cantar en La Habana, a donde no llegó al desencadenarse la tragedia de Medellín. Lo estaban esperando Heliodoro Martínez en el Teatro Nacional, para una actuación que los entendidos consideraban sería memorable y sin embargo fue un sueño frustrado.

Una muestra de que el tango no muere es que se revitaliza constantemente, solo ver dos producciones recientes: "Tango como yo te siento" de Arturo Sandoval, y "Cigala & Tango" y "Romance de la luna Tucumana", ambos de Diego El Cigala.


CARLOS VARELA EL MAXIMO EXPONENTE DE LA MUSICA CUBANA ACTUAL.

Actualidad.

Salvo fenómenos musicales aislados como el de Carlos Varela, fiel exponente de la nueva trova cubana de los últimos tiempos, con grandes influencias rockeras y jazzísticas, que une a su musicalidad y lirismo el tratar temas sociales actuales de la Cuba de hoy, por sus letras que, si bien no se muestran totalmente opuestas al régimen, hablan en muchas ocasiones de los principales problemas sociales, económicos y políticos que azotan a su país y que molestaron a más de un intelectual ortodoxo como el caso del escritor Enrique Núñez Rodríguez al que no le hizo gracia su canción de Guillermo Tell, en la que Varela dice que le toca el turno al hijo de tirar con la ballesta o la antológica "Foto de Familia" donde dice:

Detrás de todos los gobiernos/ de las fronteras y la religión/ hay una foto de familia/ hay una foto de los dos.

Tratando de mirar/ por el ojo de la aguja/ Tratando de vivir/ dentro de una misma burbuja/ Solos.

Detrás de todos estos años/ detrás del miedo y el dolor/ vivimos añorando algo/ y descubrimos con desilusión/ que no sirvió de nada/ de nada/ o casi nada/ que no es lo mismo/ pero es igual.


Del resto yo diría que no hay mucho que hablar, la música cubana está para mi apreciación, no en decadencia sino en la más profunda sima. La timba es ruido con reminiscencias de lo que un día fue el son, la salsa o el chachachá como expresión de la música cubana en el mundo y del regueton ni hablar, no lo tengo conceptuado como música sino como aberración ruidosa.

Pero tengo la suerte de tener un archivo musical cubano e internacional envidiable, soy un afortunado.


UNA FOTO INTERESANTE: CELIA CRUZ, BENNY MORE, ROLANDO LASERIE (POCOS SABEN QUE FUE BATERISTA DE LA ORQUESTA DE BENNY) Y CELESTE MENDOZA.

2 comentarios:

Briseida Allard Olmos dijo...

Excelente blog, favorito!!!!!

Unknown dijo...

WUAOOOOOOOOOOOOO MUY BIEN POR LOS CHARROS YO CONOSCO EN PERSONA AL DE BAYAMNO DESDE CUANDO CANTABA AL LADO DE LA NEGRA EN EL MARIACHI CUBA , Y E PARTICIPADO EN VARIAS OCACIONES COMPARTIENDO ECENARIO EN EL FESTIVLA DE MUSICA MEXICANA QUE SE CLEBRA TODOS LOS AÑOS EN LA CIUDAD DE BAYAMO , AUN MANTINE SU FIRME VOS Y SU ESTILO EN LAS RANCHERAS BRAVO POR TI AMIGO